domingo, 8 de marzo de 2020

Motards Quaternaris ruta de los melocotoneros en flor 2020.


Marzo 2020
(si clickais encima de las fotos se amplían solas)

Cataluña es un país privilegiado.
Si a este privilegio le unimos el despertar de la primavera, el espectáculo está servido.


Aunque la primavera esta llamando a la puerta la mañana era fría, muy fría.
Comentamos en el almuerzo que quizás sea la salida que hemos tenido mas frío a primera hora de la mañana.
Quizás por eso paramos antes de lo habitual a almorzar.
Mas que por el hambre, por calentar el cuerpo y de paso que el día se fuese levantando y el sol haciendo lo que de él se espera.
Después de un pequeño tramo de enlace empiezan las curvas, un tramo muy divertido.
Paramos en el bonito y poco conocido (pese a estar en alguna guía de "pueblos mas bonitos de España"), Guimerá.


Ademas teníamos el privilegio que hoy nos acompañaba el hijo de uno de los componentes del grupo, Aitor.
Un buen almuerzo, los ánimos mas "calientes" y seguimos ruta.
Carreteras de curvas, secundarias, a veces con buen asfalto, a veces no tan bueno.


Subimos puertos de montaña, que unidos al viento que hacia (aunque las previsiones eran de vientos moderados no llegaron a molestar en exceso ) daban una visión privilegiada.
Pero parecía que teníamos ganas de llegar a los campos florecidos porque pocas, mas bien ninguna, parada para hacer fotos hicimos.
Sin darnos cuenta ( con tanta curva, carreteras divertidas, paisajes hipnotizadores ) hicimos algo mas de 250 km y era prudente parar a repostar, el gps pocas gasolineras marcaba.
Pasamos Tivissa y nos adentramos de lleno en Benissanet.
Recorremos sus campos florecidos, todo un espectáculo.


Los móviles iban "en sexta a fondo" de la cantidad de fotografías que hacíamos.


Nos íbamos encontrando algún pages que esbozaba una sonrisa cuando nos veía disfrutar de sus campos.


El cielo y las nubes parecía que se hubiesen aliado para crear un plató de lujo.


Nuestras compañeras de aventuras, auténticas devoradoras de km´s, parecía que también disfrutaban del entorno.


Seguimos ruta por este entorno que invita a la imaginación.


Se acerca la hora de comer y paramos en una estupenda zona de picnic.
El sol se resistía a salir y junto con el frío aire que hacía aconsejaban no quitarse la chaqueta.


Estómagos llenos, con la guinda de buenísimas barritas y galletas adornadas de chocolate, seguimos ruta.
Curvas, carreteras muy moteras, los reflejos y sentidos atentos para disfrutar de todo lo que nos ofrece el conducir una moto.
Seguimos rodeados de los colores de la primavera.


Subimos un puerto y aparecen unas estupendas vistas de los pirineos, difícil no pararse a hacer unas tomas.


Alguna con algo de edición.


Llegamos a Aitona y se abre ante nosotros un mar de árboles frutales, lástima que aun no estén todos florecidos, debe ser un espectáculo impresionante.
Paramos en uno  de los campos que sí están florecidos a disfrutar de nuevo de hacer unas tomas.


El lugar lo merecía.


Ponemos rumbo para casa.
Lluis tenía que llegar pronto a casa e hizo un "to recto".
Toni, Aitor y yo seguimos por carreteras secundarias hasta que la noche empezó a aparecer en el horizonte y aconsejó terminar el último tramo que nos quedaba por carreteras principales.
Es el tercer año que repetimos esta salida, algo muy raro en nuestro grupo que es poco aficionado a repetir rutas, y merece la pena.

Nos vemos en la próxima.
Fotos: Motards Quaternaris.