sábado, 22 de diciembre de 2018

Pirineos XII: paseo por la Catalunya Nord II


Diciembre 2018
(si clickais encima de las fotos se amplían solas)

La primera salida del invierno.
Hace frío.
Frío que nos acompañaría hasta el almuerzo.
Mientras espero a Lluis me pongo a hacer experimentos con el móvil y el trípode.
Utilizo la función automática que yo creo dará una velocidad mas lenta para intentar sacar los coches en movimiento.
Parece que algo se consigue.
Ya llega, empezamos ruta.
Frío, humedad, neblina.
A tramos hasta se empañan los retrovisores y la pantalla.


Paramos a almorzar y mientras damos buena cuenta del caliente bocadillo, el día se va abriendo y el sol hace su trabajo.
El frío empieza a perder la batalla contra el sol.
Seguimos el tramo de enlace hasta que empieza la ruta.
La primera riera que atravesamos.
Normalmente la primera paramos a hacer foto, luego parece que uno se acostumbra y no le impresiona tanto.


El día se presenta estupendo.


Ya que estamos por aquí no desaprovechamos la oportunidad de visitar el pantano de Boadella.


Esta impresionante.
Nunca lo había visto tan lleno.


Antes de adentrarnos en las divertidas y solitarias carreteras de la Catalunya Nord vamos a Maçanet de Cabrenys a repostar, es la única gasolinera que conozco por la zona.


Casi llegando al pueblo de La Vajol encontramos un mirador.
Espectaculares vistas.


Y una estatua.


Carreteras que parece te vayan a engullir.


Divertidas.


Unidas a la decoración del otoño, hace que pilotar por ellas sea una experiencia singular.


El Canigó nos estará observando casi toda la jornada.


Dos fotografías muy parecidas.
Dos fotógrafos.
Dos visiones diferentes.



Vamos coronando puertos.


En esta parte de los pirineos las cimas no son muy altas.
Dos fotógrafos.
Dos visiones diferentes.



Pero aunque las cimas no sean muy altas, podemos disfrutar de unas estupendas vistas.


Como este ejemplo.


O este otro.


Seguimos ruta.
A tramos entre viñas.
Estamos en una zona de vinos.


Cogemos un desvío que va paralelo a la carretera de la costa pero por la parte alta de las montañas.
Sera la luz, las nubes, o ..... que esta foto parece mas un cuadro que una foto


Disfrutamos de unas vistas espectaculares.


Y de carreteras divertidas.


En semejante escenario decidimos parar a comer el picnic.


Esta vez también había dejado que el gps decidiera la ruta, eso si, indicándole yo los destinos sobre los que tenía que hacer la ruta y me sorprendió con un paso fronterizo que no conocía.
Una divertida carretera de montaña con buen asfalto en general.


Como estamos por la zona y antes de que se acabase el día, decidimos ir a tomar un café al bonito pueblo pescador de Port de la Selva.
Como es de esperar no fuimos por el camino recto, sino por la bonita carretera del monasterio de Sant Pere de Rodes.


Disfrutando también de las vistas.


Después del café y como aún nos quedaba una media hora de luz decidimos dar un pequeño rodeo e ir a Roses por la carretera que pasa por el parque natural del cap de Creus.


La Catalunya Nord un lugar estupendo para perderse con la moto.
Carreteras solitarias, rodeadas de belleza salvaje, bosques, montañas, túneles, acantilados....
Cada vez que voy descubro algo nuevo.
FOTOS: Lluis y Pedro.
Nos vemos en la próxima.









sábado, 15 de diciembre de 2018

Penelles, pueblo de graffitis.

Diciembre del 2018
(si clickais encima de las fotos se amplían solas)


Hacia tiempo que había oído hablar del pueblo de Penelles.
Un pequeño pueblo de menos de 500 habitantes que puede presumir de tener más graffitis que calles.
La foto que encabeza esta crónica es del ayuntamiento.
Últimamente me estoy aficionando a las "rutas vibrantes" que hace el gps.
En vez de devanarme los sesos buscando rutas divertidas y diferentes sencillamente le pongo los destinos al gps y él se encarga de todo.
Rutas amenas, llenas de curvas, por carreteras secundarias de las que me gustan a mi.
Esta empezaba atravesando las viñas del Penedés.


Dejando la montaña mágica de Montserrat a nuestras espaldas.


Es invierno y es normal encontrar las carreteras húmedas y si a esto unimos el hecho de que la ruta pasa por caminos rurales asfaltados llenos de barro y tierra por las máquinas agrícolas que circulan por ellos hace que vayamos con mucha prudencia.
Prudencia que nos invita a fijarnos aún más en el entorno, como en esta pequeña iglesia.


Seguimos disfrutando de carreteras poco conocidas, rutas de pequeños pueblos.


Algunos de ellos bonitos pueblos medievales que no aparecen en las guías turísticas (no se sabe si para bien o para mal) pero que bien merecen una visita.


Después de disfrutar de lo lindo de esta ruta gestada por el gps llego a Penelles.
Los primeros graffitis que me encuentro.


Una auténtica maravilla.


Llego justo a la hora de comer.
No encuentro mesa y utilizo la maleta de la moto.
Hoy tocaba de comida  uno de los estandartes de los picnic´s junto a la carne rebozada: tortilla de patatas casera que me hice ayer, buenísima.


Con las fuerzas recuperadas me dedico a pasear por el pueblo e ir haciendo fotos.



En cada rincón una sorpresa.



Estas fotos están colgadas bajo un arco en plena calle.


Al igual que la bicicleta.


Dos personajes muy conocidos.



Me encuentro con mas visitantes que también están curioseando por el pueblo y haciendo fotos de los graffitis.





Esto me ha hecho mucha gracia por que mi abuela y mi madre también hacían encaje con ganchillo. 
Aun conservo alguno de ellos.
Auténticas obras de arte y de paciencia.
También están en plena calle bajo unos arcos.


Dejo para el final el último que se ha pintado.
Esto es solo una pequeña muestra, hay unos cuantos mas, unos 50.


Después del paseo voy al bar a tomar algo caliente acompañado de un buenísimo croissant de chocolate que ni siquiera le ha dado tiempo a llegar a la foto.


Sigo ruta y sigo disfrutando de las carreteras ahora algo mas secas que permiten ir a un ritmo mas alegre.
La temperatura de hoy una media de 10º.
Con la equipación adecuada y "la calefacción" de la moto puesta era perfecta para disfrutar de un día de ruta y descubrimiento.
Los pirineos nevados al fondo.


Carreteras secundarias.


Empieza a atardecer.
Estos cortos días invernales.


Sin proponérmelo acabo la ruta con otra foto de Montserrat, pero esta vez desde el otro lado.
Y con la luna como astro.


Aprovecho la parada para estrenar el trípode para el móvil y de paso investigar un poco más sobre las posibilidades fotográficas que tiene.
Me hubiese gustado tener mas acceso a ajustes manuales, pero es lo que hay.
Larga exposición con flash para iluminar el primer plano, que por cierto viendo la foto me he dado cuenta que la chaqueta tiene bandas reflectantes.


Una ruta que me ha gustado mucho, amena , divertida, descubridora y con le broche de los graffitis de Penelles.
Poco mas de 300 km desde Badalona.
Todas las fotos estás tomadas con el móvil.
Nos vemos en la próxima.