sábado, 15 de diciembre de 2018

Penelles, pueblo de graffitis.

Diciembre del 2018
(si clickais encima de las fotos se amplían solas)


Hacia tiempo que había oído hablar del pueblo de Penelles.
Un pequeño pueblo de menos de 500 habitantes que puede presumir de tener más graffitis que calles.
La foto que encabeza esta crónica es del ayuntamiento.
Últimamente me estoy aficionando a las "rutas vibrantes" que hace el gps.
En vez de devanarme los sesos buscando rutas divertidas y diferentes sencillamente le pongo los destinos al gps y él se encarga de todo.
Rutas amenas, llenas de curvas, por carreteras secundarias de las que me gustan a mi.
Esta empezaba atravesando las viñas del Penedés.


Dejando la montaña mágica de Montserrat a nuestras espaldas.


Es invierno y es normal encontrar las carreteras húmedas y si a esto unimos el hecho de que la ruta pasa por caminos rurales asfaltados llenos de barro y tierra por las máquinas agrícolas que circulan por ellos hace que vayamos con mucha prudencia.
Prudencia que nos invita a fijarnos aún más en el entorno, como en esta pequeña iglesia.


Seguimos disfrutando de carreteras poco conocidas, rutas de pequeños pueblos.


Algunos de ellos bonitos pueblos medievales que no aparecen en las guías turísticas (no se sabe si para bien o para mal) pero que bien merecen una visita.


Después de disfrutar de lo lindo de esta ruta gestada por el gps llego a Penelles.
Los primeros graffitis que me encuentro.


Una auténtica maravilla.


Llego justo a la hora de comer.
No encuentro mesa y utilizo la maleta de la moto.
Hoy tocaba de comida  uno de los estandartes de los picnic´s junto a la carne rebozada: tortilla de patatas casera que me hice ayer, buenísima.


Con las fuerzas recuperadas me dedico a pasear por el pueblo e ir haciendo fotos.



En cada rincón una sorpresa.



Estas fotos están colgadas bajo un arco en plena calle.


Al igual que la bicicleta.


Dos personajes muy conocidos.



Me encuentro con mas visitantes que también están curioseando por el pueblo y haciendo fotos de los graffitis.





Esto me ha hecho mucha gracia por que mi abuela y mi madre también hacían encaje con ganchillo. 
Aun conservo alguno de ellos.
Auténticas obras de arte y de paciencia.
También están en plena calle bajo unos arcos.


Dejo para el final el último que se ha pintado.
Esto es solo una pequeña muestra, hay unos cuantos mas, unos 50.


Después del paseo voy al bar a tomar algo caliente acompañado de un buenísimo croissant de chocolate que ni siquiera le ha dado tiempo a llegar a la foto.


Sigo ruta y sigo disfrutando de las carreteras ahora algo mas secas que permiten ir a un ritmo mas alegre.
La temperatura de hoy una media de 10º.
Con la equipación adecuada y "la calefacción" de la moto puesta era perfecta para disfrutar de un día de ruta y descubrimiento.
Los pirineos nevados al fondo.


Carreteras secundarias.


Empieza a atardecer.
Estos cortos días invernales.


Sin proponérmelo acabo la ruta con otra foto de Montserrat, pero esta vez desde el otro lado.
Y con la luna como astro.


Aprovecho la parada para estrenar el trípode para el móvil y de paso investigar un poco más sobre las posibilidades fotográficas que tiene.
Me hubiese gustado tener mas acceso a ajustes manuales, pero es lo que hay.
Larga exposición con flash para iluminar el primer plano, que por cierto viendo la foto me he dado cuenta que la chaqueta tiene bandas reflectantes.


Una ruta que me ha gustado mucho, amena , divertida, descubridora y con le broche de los graffitis de Penelles.
Poco mas de 300 km desde Badalona.
Todas las fotos estás tomadas con el móvil.
Nos vemos en la próxima.














No hay comentarios:

Publicar un comentario