Julio 2018
(si clickais encima de las fotos se amplían solas)
Esta vez íbamos a pasar un fin de semana en esa comarca privilegiada del este de Teruel, El Matarraña.
Si bien ya conocíamos algunos bonitos pueblos de la zona, Calaceite, Beceite, decidimos visitar sitios menos conocidos.
Iríamos en coche pues también había intención de hacer alguna pequeña ruta de senderismo o simplemente pasear por sus pueblos o disfrutar de la naturaleza.
Hicimos un "to recto" hasta el camping, montar la tienda en la parcela con estas vistas.
Un camping elegido al azar en plena naturaleza.
Una vez instalados ponemos rumbo al primer destino, El Salt.
Los últimos km son de pista pero que se pueden hacer con un coche normal, al menos nosotros así lo hicimos.
Lo que nos encontramos bien mereció la pena.
Aunque los de la foto no somos nosotros, me gustó la foto.
Detalle del salto de agua.
Aquí una visión general.
Hay un camino que lleva hasta abajo.
La playa de la zona.
Aunque no fuimos previsores en llevarnos el bañador, si que lo fuimos en llevarnos la comida y pudimos disfrutar de un estupendo picnic a la orilla de esta piscina natural.
El sol empezaba a apretar de lo lindo e íbamos buscando cada vez mas las sombras.
Después de una agradable sobremesa decidimos ir al pueblo de La Fresneda a vistarlo y a tomar algo fresco, que aparte de acabarnos la comida también nos acabamos todo el agua.
Una prueba con la cámara del móvil.
Llegamos al bar del pueblo que es el mismo de la piscina municipal.
"Agua fresca", en pocos minutos nos acabamos una botella de 1.5 litros bien fresca.
El calor apretaba de verdad.
Después de descansar y recuperarnos empezamos a pasear por el pueblo.
Un pueblo que quizás no sea de los mas conocidos de la zona pero que bien merece una tranquila y pausada visita.
Callejeando y tomado fotos aquí y allá.
Me sorprendió el hecho que los carteles explicativos estuviesen en castellano y catalán.
Fuimos a la oficina de turismo a por un plano e información del pueblo y le preguntamos sobre el idioma: "si, el catalán es la lengua materna de El Matarraña"
Seguimos callejeando hasta que llegamos a la iglesia y disfrutamos de las vistas de la zona.
La curiosidad nos hizo seguir este camino.
Que no llevaba a ningún sitio, aquí terminaba.
Empezábamos a bajar y vimos otro camino que parecía interesante y llevaba a la cima de la montaña.
Vamos a investigar.
Lo primero que nos encontramos es lo que parece un horno restaurado.
Y un bonito sitio para hacer fotos.
La subida es bastante pronunciada, pero merece la pena.
El camino lleva a una ermita en ruinas.
Con unas impresionantes vistas de la zona.
Explicaciones sobre la ermita.
También se consigue una bonita foto del pueblo.
Aunque el sol seguía calentando con fuerza, aquí arriba hacía un viento muy refrescante que junto a las vistas y las curiosidades que íbamos encontrando, invitaban a quedarse.
La iglesia y las ruinas del castillo.
Empezamos el camino de vuelta.
"Trasteando" con una nueva aplicación para editar fotos.
Llegamos al camping y a preparar la cena.
Con todo el calor que habíamos pasado durante el día, al anochecer en el camping tuvimos que abrigarnos un poco, hacia fresco.
Que bien se durmió con el fresco de la noche y el sonido de la naturaleza.
Amanece un nuevo día.
Fotos de despedida del camping, del solario y el bar.
Ponemos rumbo para casa, pero antes haríamos una parada en La Fresneda para hacer un "desayuno completo" (huevos, carne, patatas...) en el mismo bar de la piscina y también una parada en la capital de la comarca, Valderrobres.
Aparcamos en el primer sitio que vimos y a pasear por el pueblo
Impresionante el puente que nos da la bienvenida.
Da mucho juego para hacer fotos.
Nos dedicamos a disfrutar de sus calles y sus pendientes.
Las vistas desde el castillo.
Un bonito y turístico pueblo.
Al ver esta ventana me vino enseguida la imagen del cuadro de Dalí "Muchacha en la ventana" e intentamos hacer una foto inspirada en el cuadro.
Estas son la vistas desde la ventana.
Y ya de vuelta para casa no sin antes parar en el casino del pueblo a tomar algo refrescante.
Un fin de semana que se hizo realmente corto.
Esta privilegiada comarca de El Matarraña te hace disfrutar intensamente de cada momento.
Seguro que volveremos.
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