Febrero 2019
(si clickais encima de las fotos se amplían solas)
Habíamos quedado en este invierno tan primaveral para hacer una salida por lugares conocidos pero por carreteras poco conocidas.
Se nota que empieza el buen tiempo.
El punto de encuentro es muy popular en Barcelona.
Ahí suelen quedar muchos grupos moteros.
Si bien en estas salidas anteriores donde el clima aún era invernal estábamos casi solos, hoy que se prevé un día primaveral pese a estar en febrero, estaba la gasolinera repleta de motos y moter@s.
Había ambiente.
Nos reunimos los tres y empieza la ruta.
Un breve tramo de autovía y nos desviamos por carreteras de curvas.
En el primer pueblo que atravesamos encontramos un bar y aprovechamos para almorzar, unas riquísimas tortillas recién hechas.
Seguimos ruta por carreteras cada vez mas secundarías, donde se nota el poco tráfico que tienen por la suciedad, mal estado y gravilla que hay en el asfalto.
Hay que ir con cuidado.
Estas carreteras acaban en otras mas principales y conocidas con buen asfalto y limpias.
Estamos en las montañas de Prades.
Pero enseguida volvemos a coger carreteras poco transitadas, con unos espectaculares paisajes.
Vamos atravesando bonitos pueblos.
Vemos también como empiezan a florecer los almendros.
Atravesamos campos de melocotoneros aún sin florecer.
Subimos pequeños puertos.
Una ruta muy entretenida, variada y sobre todo llena de curvas.
Se acerca la hora de comer.
Aparece como por arte de magia una pista que lleva a unas pinturas rupestres.
Decidimos adentrarnos.
Quizás sea un buen sitio para comer.
Efectivamente lo era.
Un cartel explicativo, o lo que queda de él, de a donde lleva el sendero.
Quizás algún día vengamos mas preparados para caminar (el "traje de romano" no es lo mas adecuado para hacer senderismo ) y vayamos a descubrir el final de este sendero.
También aprovechamos para hacer unas fotos.
Un lugar soleado y tranquilo para comer y descansar.
No tenemos muy claro donde estamos y decidimos consultar en el móvil nuestra ubicación para decidir por donde seguimos la ruta.
No hay datos.
No podemos consultar nada.
Al final decidimos poner en el gps una ruta de vuelta para casa que llevaba preparada con curvas, muchas curvas.
Seguimos ruta.
Carreteras solitarias, paisajes impresionantes, campos, desfiladeros, vamos disfrutando de todo eso y mucho mas y llegamos al pantano de Riudecanyes.
Parada para descansar.
Y ya para casa por carreteras de curvas y mas curvas.
Una salida muy divertida, variada, aunque algunos tramos estuviesen sucios y con el asfalto en mal estado, intensa, con paisajes a la altura y para repetir
Desde Badalona unos 560 km.
Fotos: Lluis y Pedro.
Nos vemos en la próxima.
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